jueves, 7 de diciembre de 2006

el sexo tántrico como solución al estupro

El siguiente texto es una traducción que hice de un artículo que escribió Jacopo Fo en su blog y que me pareció divertido e interesante.

http://www.jacopofo.com/?q=node/2305

Contra el estupro difundimos el sexo tántrico dulce
¡El estuprador es frígido! Le gusta el coño inerte y no conoce el éxtasis de los sentimientos

En estos días he escuchado y leído numerosos debates sobre el estupro. He encontrado muy justos los discursos de las personas empeñadas en esta lucha pero me pregunto si estamos erradicando realmente la ideología de la violencia.
¿Nuestra iniciativa es eficaz?

Me pregunto si no es hora de que en Italia se atesoren las experiencias de las feministas de otros países que desde hace tiempo han decidido atacar sin tregua no sólo la violencia sexual, sino también sus más profundas raíces culturales. El problema es que en Italia la violencia por los condicionamientos del catolicismo autoritario es particularmente fuerte. Aún estamos dominados por los tabúes sexuales. (Y aquí podríamos discurrir largamente sobre la relación entre desinformación sexual, registro de estupros, registro de corrupción, clasificaciones sobre la falta de libertad en los medios y la existencia misma de Berlusconi, la Anomalía Viviente…).
La primera pregunta sobre la que muy poco se ha hablado en Italia es la relación nodal entre violencia sexual y placer. La idea predominante en la cultura patriarcal (itálica) de la faida* (*Venganza entre dos familias), ve al estupro como un acto de dominio vencedor. El varón ha llegado a disfrutar de una mujer contra su voluntad, humillándola. Esta convicción es un elemento que aumenta el sufrimiento de las mujeres violadas.
¿Pero las cosas son así? No, nos dicen los textos tan antiguos como La revolución sexual de William Reich. El varón víctima de la cultura patriarcal del dominio NO TIENE LA CAPACIDAD DE EXPERIMENTAR UN ORGASMO. Esto es un punto esencial sobre el cual trabajan decenas de feministas y terapeutas anglosajones y escandinavos. Las experiencias en los procesos de rehabilitación de los detenidos por estupro demuestran que estas personas sufren de una desastrosa esquizofrenia. Son hombres absolutamente frígidos, en el sentido que experimentan la eyaculación pero a ésta no corresponde ningún placer orgásmico. El único placer que prueban es de tipo mental. Algo así como el placer químico provocado por la práctica de la violencia en sí, e igual al que experimentan los soldados en los campos de batalla o los criminales durante un robo. Pero este tipo de placer no tiene nada que ver con el éxtasis del orgasmo sexual.
El violador es un hombre totalmente frígido desde el punto de vista sexual, su satisfacción es sólo superficial, de una reacción química mecánica ligada al estrés de la violencia. ¡Hay que decirlo! Sobre todo porque libera a las víctimas de los estupros de un exceso de humillación dado por la idea de haberse convertido en una mesa puesta para un banquete de placer.
Se trata de una cuestión sutil, pero esencial. Por diversas circunstancias, he tenido muchos contactos con mujeres violadas. El primer paso, terrible pero necesario, es afrontar la imagen del dolor. Llevar a la conciencia el enjambre de voces interiores que gritan en la mente de la víctima. Al dolor natural por la violencia súbita se une la carga impuesta a la mujer por la ideología patriarcal:
1) El sentido de culpa: si te han violado es porque no eres pura. No has resistido bastante a la violencia porque eres caliente de por sí y te lo has buscado.
2) ¡No digas nada! Eres una nulidad. Basta tomarte y usarte para obtener satisfacción de ti. No puedes hacer nada, ni siquiera que se te disfrute. Y ya que has sido disfrutada has colaborado con el estupro. Tu dolor no es nada, un hombre que te viola no lo siente tampoco.


Entender la estructura del dolor de una víctima de violencia sexual significa entrar en el horror de estas dos ideas perversas. Entender esa parte del dolor que no viene de la brutalidad de los actos súbitos, sino del contexto en el que la violencia ha sido vivida: no es fácil comprender la imposibilidad para los estupradores de experimentar el orgasmo como experiencia antitética a un estado psicológico de estrés e imposible en una situación de ausencia de empatía. Pero esta comprensión es un pasaje esencial para reducir el dolor psicológico que la violencia deja en la mujer de por vida. Comprender que el placer sexual verdadero y completo es una experiencia que requiere compartir las tempestades emocionales desencadenadas del regocijo de los sentimientos quiere decir adjudicar a la sexualidad un valor sacro y de este modo poder imaginar de nuevo una vida sexual a pesar de la experiencia de la expropiación.
Pero la exaltación de la idea de la frigidez masculina como problema central de la sexualidad falócrata (la sufre cerca de la mitad de los hombres) es esencial también si queremos obtener esa revolución cultural que es el significado para contrastar ciertamente la reiteración de las violencias sexuales.
En cada entrevista, en cada artículo sobre este tema, deberemos luchar esencialmente sobre esto: ¡el estuprador es un pobrecito que no goza! Un inválido de emociones. La sexualidad de las películas porno es patética: tener sexo así no es placentero. Disfruta en realidad quien se deja ir a la magia del compartir, del feeling. No son las posiciones del kamasutra lo que hace más gozoso el sexo, sino la capacidad de comprensión, de emoción.
Este debería ser nuestro gancho para obtener la atención de millones de hombres que viven creyendo que las prácticas orales de Moana Pozzi, dadas a la velocidad de una enceradora, son lo máximo que un varón pueda desear.
Ya son veinte años que doy clases de educación sexual a grupos de estudiantes. Y cuando descubres a algún joven que vive en el mito de la sexualidad de los superpitos-superduros te das cuenta que es prisionero de una fortaleza ideológica inexpugnable.

Todos los discursos lindos sobre el respeto, sobre la justicia, sobre los buenos sentimientos, les rebotan golpeados por el potente lío mental de una ideología fácil y fuerte: “te-meto-el-pito-en-la-boca-siéntelo-puta.”
La única cosa eficiente es decirles: “cariño, ¿pero verdaderamente crees que las actrices porno sepan dar buenas mamadas?” (Obviamente no lo digo con estas palabras porque me arrestarían, pero el discurso que trato de comunicarles con un elegante giro de palabras y de doble sentido es el mismo).

Si quieres entrar dentro de su castillo ideológico debes entender que un joven de 15 años no es un falócrata por vocación. Es un desesperado que se atiene a la única cosa que se le ofrece que no sea la castidad. Íntimamente, su parte instintiva, la centella de luz que lo anima, busca espontáneamente una unanimidad sexual feliz compartida, pero le faltan las palabras para imaginarla. ¡Hay que dárselas! Iniciando desde el concepto base: ¡en la sexualidad de la violencia no hay ningún placer!
El segundo punto esencial de la lucha contra la violencia sexual es la INFORMACIÓN SEXUAL. ¡En la ignorancia nacen los monstruos! La batalla por la información sexual ha sido tema central en el feminismo mundial. Pero esto no ha ocurrido en Italia, bloqueada culturalmente por el moralismo católico-comunista. Cuestiones como el uso de los músculos pélvicos durante la relación sexual han sido esenciales para el feminismo de más allá de los Alpes.Yo tuve el privilegio de ser linchado, a mediados de los años 80, por haber escrito en modo didáctico y detallado en “Tango”, suplemento satírico de L’Unità, cómo alinear la musculatura de la pelvis y usarlo en el acto sexual. Sobre la relación entre educación sexual y violencia, he escrito en mi blog sobre el acoso escolar en los jóvenes, pero aquí quisiera afrontar la específica cuestión de la información sobre los movimientos del pubis y cóccix. De hecho no se trata sólo de una cuestión que tiene que ver con el bienestar fisiológico y la capacidad orgásmica de la mujer. El uso de la musculatura vaginal durante el acto sexual modifica los roles sexuales en cuanto a que el hombre se convierte en pasivo respecto a la capacidad de la mujer. ¡El pene no tiene músculos! Y solamente si la mujer succiona el pene con la vagina durante el orgasmo, el hombre alcanza un verdadero orgasmo profundo (activando el Punto L http://www.sessosublime.it/uomo/puntol/dovepuntol.html).
Gracias a la información sobre los movimientos vaginales da, por lo tanto, un giro el concepto del hombre que penetra. El hombre se ha perdido, la mujer lo devora. ¡ÉSTE ES EL VERDADERO GOZO! La fisiología natural de una relación sexual practicado por una mujer que usa plenamente la potencia de su musculatura hace efectivamente que ELLA se convierta en el elemento más activo. Puede parecer una cuestión con poca importancia, sin embargo es fundamental en la lucha contra el estupro: sólo en una relación sexual con una mujer sexualmente activa, el hombre obtiene la estimulación del punto L y por tanto alcanza un orgasmo profundo. Así que un verdadero hombre busca mujeres que se muevan dentro si quieren gozar verdaderamente.
Para la población matriarcal el estupro es conceptualmente incomprensible puesto que un hombre normal no tiene ningún interés en penetrar una VAGINA MUERTA. Y este concepto (una vagina viva te da placer, una vagina muerta no) viene a reforzar nuestra campaña de información que pretende erradicar toda la construcción enferma del chovinismo masculino denunciando la frigidez del estuprador.

SEXO TÁNTRICO DULCE
Obviamente también una información sexual general debería formar parte de este esfuerzo. Y esta información debería no sólo dar noticias sobre la anatomía sexual, sino también sobre las formas de sexualidad diversas, como el Sexo Tántrico Dulce (http://www.sessosublime.it/uomo/puntol/dovepuntol.html), una forma de sexualidad en la cual se busca una especie de éxtasis de “faje”. Sería enseñada justamente en la escuela porque introduce una visión del acto sexual como un momento de celebración de la sacralidad de la vida y de la magia de las emociones. Estar quietos, sexualmente compenetrados (¡una penetración sin que el hombre deba tener una erección!) y escucharse y disfrutar de las minúsculas sensaciones que el amor descubre. Dar a conocer una visión del sexo que no da lugar a la violencia y que busca la profunda satisfacción de las sensaciones y del alma.
La idea del Tantra Dulce es poderosa ya que contiene la idea de la penetración suave. El concepto mismo de penetración sin necesidad de erección le da un giro al arquetipo masculino de la virilidad. Una mujer que te dice: “no me interesa si está duro o no” es un atentado viviente a las ideas fascistas sobre el sexo.
Para concluir, espero que el movimiento presa del horror de la violencia sexual escoja utilizar estos dos niveles esenciales de comunicación para iniciar una fase de lucha que obtenga finalmente resultados sensibles. Debemos no sólo llevar estos discursos a todos los lugares posibles, sino que también debemos lograr que la RAI realice transmisiones sobre la frigidez del varón, sobre las maravillosas posibilidades de la musculatura sexual femenina y sobre la sacralidad del éxtasis de las emociones.
La ideología patriarcal es un tigre de cartón. Pisoteémoslo.


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