martes, 11 de septiembre de 2007

Bloodaaaa

Jajaja, este es el video que más he visto en you tube. Ya había subido otro de un bebé que considero terapéutico. Bueno, pues éste además de hacerme reír siempre que lo veo. Lo he analizado y encuentro muchos sentimientos: la angustia del pobre hermanito mayor al ver la "sangre" que tiene el bebé, la burla del padre ante la preocupación del primogénito, la madurez del niño al decirle al padre que no es gracioso lo que está sucediendo, en fin... Véanlo y disfrútenlo, si no, disculpen, ya se habrán dado cuenta que suelo ser demasiado simple en ocasiones.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sobre el hacerse pendejo en la calle y otras vicisitudes

A todos nos ha pasado. Equis día vas caminando por la calle, o bien, en algún transporte público y de repente se aparece alguien conocido a quien no veías desde hace tiempo; en ese momento tú tienes dos opciones: 1) lo/la saludas y comienzan una conversación insulsa que se resume en el "qué has hecho", "a quién has visto" y si acaso "cómo está la familia", o bien, 2) aplicar la que apliqué hoy, y muchas veces la más cómoda: te haces pendejo.

¿Por qué uno llega a tomar la segunda opción? ¿Es acaso por pedantería? Podría pensarse, mas no creo que sea así, sino que simplemente uno trata de ahorrarse conversaciones incómodas o que no lleven a nada. Sin embargo, cuando logro eludir al sosudicho/a, me asalta la maldita y a la vez ociosa duda de "¿y qué tal si me enteraba de algo importante?".

Envidio a veces a las personas distraídas, porque se pueden excusar cuando algo así sucede:

- ¡Cabrón!, la otra vez te vi ahí en la plaza y te hiciste pendejo. !Qué mamón eres, eh!
- ¿Cuándo, tú? No mames, no te vi güey. Ya ves que siempre ando en la pendeja...

Pero parece que yo tengo radar. Siempre que ando en la calle, por más que ande en la pendeja, me percato de lo que sucede y de la gente que pasa. En parte es bueno porque luego veo historias que mueven a reflexión
(qué bello gesto de la niña ofreciéndole su dulce a la señora que pide limosna)
o a risa,
(¿viste?, el pinche ruco después de abrirle la puerta a su mujer, le dio una nalgada jajaja)
pero cuando no ando de humor (y léase con negritas, pues no siempre soy huraño) y veo a algún/a conocido/a de antaño, me incomoda demasiado el tratar que crean que no los he visto y seguir mi camino.

¿Qué se tiene que hacer? Cada quien tendrá su propia técnica, pero lo más común es dirigir la mirada a otro lado, como contemplando eso que ves, cuyo campo de visión no alcanza a la persona que tratas de evitar. Pero hay ocasiones en que es inevitable el desdén y entonces se tiene que actuar muy bien para parecer asombrado y esbozar un "¡qué onda tú, no te había visto!", a lo que seguramente se replicará con un "hola, yo tampoco te había visto y me subí desde hace rato" (en caso de que el encuentro se efectúe en un transporte colectivo). Aquí surge otra reflexión: para que una situación como ésta suceda se necesitan dos personas, por tal motivo cuando alguien se sienta mal por haberse hecho pendejo, piense que quizá ese conocido de antaño se vio en la misma incomodidad y al pasar de largo se sintió aliviado como uno. Así que no hay que acongojarse.

En fin, en el dudoso caso que me leyera la persona a la que hoy "no vi", que sepa que no fue nada personal, hasta eso, me parece alguien agradable con quien podría tener una conversación interesante, sin embargo no me encontraba de humor y la canción que sonaba en el iPod se negaba a ser interrumpida de tajo sólo para enterarme de qué ha sucedido con los colegas de la facultad y cosas así. A lo mejor me enteraba de algún trabajo, maestría o beca que podría enriquecer mi vida y convertirme en un hombre de bien... Uhmm, la culpa la tiene el iPod.