
Hace mucho tiempo (creo que nunca) que no compro un "Melate" por convicción propia. Recuerdo que cuando era niño mi papá me disparaba melates o progol, imagino que pensaba que yo, al haber pecado menos que él, tendría mejor suerte, pero nunca me saqué nada. Sin embargo, ahora que recuerdo había otro jueguito de azar que era algo de una brujita, de esos en los que rascas y al juntar 3 figuras iguales ganas el premio marcado. En aquel entonces gané en la misma semana 3 premios: el primero de $20,000, el segundo de $100,000 y el tercero de $50,000, lo cual nos dice que esto tuvo que suceder antes de que 1993 cuando llegaron los "nuevos pesos". Aun así me sentía millonario, había ganado un billete de los grandes y podía comprarme muchos dulces o algunos juguetes, no recuerdo en qué lo gasté. Después de eso dejé de jugar a los pronósticos de la asistencia pública o a la lotería o todo lo relativo. De vez en cuándo lo hacía, pero casi siempre porque iba con alguien más y había algún premio grande e ingenuamente pensaba que podría ganar. Nunca pasó.
Esta tarde he pasado a comprar 2 melate con revancha, dado que el premio mayor es de 305 millones de pesos (estos sí de los actuales, aunque siga estando devaluado el peso)...
Paréntesis. Si tuviera tiempo libre y los recursos necesarios haría un estudio a fondo sobre la gente con buena suerte. Entrevistaría a las personas que han ganado premios grandes y les preguntaría qué método siguieron, en qué o en quién pensaron al jugar, si estaban convencidos que ganarían o fue una plena sorpresa cuando les anunciaron la buena nueva, cuántos boletos compraron o cuántas veces lo intentaron antes de convertirse en millonarios, etc. Y también se tendría que hacer un capítulo de las consecuencias: ¿en verdad cambió su vida?, ¿fue para bien o para mal?, ¿aprovechó el dinero ganado?, ¿se hizo más feliz?, ¿preferiría nunca haber sido millonario?, entre otras más.
...Pues sí, anuncio entonces que soy uno entre millones de mexicanos que han jugado al melate para el sorteo de hoy. Hay posibilidades de que nadie gane el premio mayor, y también es posible que su servidor mañana despierte siendo un nuevo millonario. Los supersticiosos pensarán que ya me "eché la sal" y que ahora por andar pensando ambiciosamente me ganaré puro camote. No me interesa, no soy millonario y respiro. Pero si mañana soy rico, ni los conozco, lectores ociosos, pa qué no juegan al melate.
