viernes, 2 de marzo de 2007

Sueñología



Hace ya más de un mes vi en el cine la última película de Michel Gondry, La ciencia del sueño, en donde actúan Gael García y Charlotte Gainsbourg. Salí de la sala con un buen sabor de boca: una comedia romántica sencilla pero con demasiada originalidad en lo visual, como acostumbra Gondry.


Para criticar películas donde la trama es de la vida cotidiana o amorosa, uno generalmente se guía y ejerce dicho análisis por medio de la identificación que tenga con el protagonista. En esta película me sentí identificado —como seguramente lo habrán estado muchas personas que gocen de los temas oníricos— por el hecho de que su vida está fabricada por esa mezcla de sueños y realidades, además de que también Stéphane (así se llama el güey) labora en un trabajo mediocre. Bueno, son dos coincidencias, aunque la que me hizo escribir esta entrada fue la primera, la referente a esos sueños raros. Gondry llega a transmitir con maestría sin igual la manera en que se nos presentan muchas veces los sueños. Y bueno, mi intención no es reseñar la película, para eso mejor véanla, es muy recomendable y entretenida.
Mi intención es otra: hace unos días estaba revisando y eliminando archivos en mi computadora y me encontré con un bloc de notas en el que escribí hace más de un año. Fue una mañana de fin de semana, eso lo recuerdo, me levanté con el sueño que acababa de soñar muy fresco y afortunadamente mi hermano había prendido la computadora, por lo que de un salto llegué y me puse a vaciar todo lo que recordaba; a pesar de ser un par de sueños muy extraños, tenían cierta lógica —o quizá al narrarlos se la di—. A continuación los textitos inéditos.

Sueño Núm. 365436843
Llegué con Rafael hasta la esquina del parque, donde en una mesita y a la luz del medio día el maestro Quéchol jugaba ajedrez contra un contrincante burócrata. Eso de decirle maestro no es cuestión de jerarquía, sino más bien porque fue mi maestro en la preparatoria, pero en realidad es un pobre pendejo. Nos acercamos y rectificamos este último epíteto al ver que sus jugadas eran tan pueriles que se regalaban peones entre ellos e incluso lo cantaban como si con eso fueran a ganar el juego. Pero no discuto temas de ajedrez cuando sé que no soy tan ducho en eso. Comenzamos a platicar, y al mencionar al maestro Hassler (éste sí Maestro en jerarquía y por méritos propios), escuché que el pendejete de Quéchol lo adjetivó como un "cerrado y normativo". Salté en su defensa y dije "¿Normativo? Al contrario, Hassler es el profesor más abierto e inteligente que he tenido". "Qué clase te dio?", me preguntó el gordito mamón, profesor de prepa, "sociolingüística, y justamente ahí nos explicó cómo podemos ser tolerantes y tener un criterio abierto en cuanto a las variantes lingüísticas." Luego, Quechol argüyó un comentario en contra de Hassler que, sin saber por qué, me dejó mudo. Ya no pude responderle nada y quedé como un pendejo ante Rafael y uno o dos burócratas más que se habían juntado para escuchar las sandeces de su maestro Quéchol. Después, en el momento en que buscaba algo para refutarle, Quéchol se levantó y comenzó a bailar como Michael Jackson y a contar chistes para el agrado de la concurrencia. Me sorprendió cómo un pendejo podía llamar tanto la atención y llegué a sentir envidia, pues hasta Rafael reía. En cambio yo me quedé humillado en pos de la defensa de la tolerancia lingüística. Preferí levantarme de la caja llena de papeles de archivo en que estaba sentado y caminé hasta encontrarme en un estacionamiento, que más bien parecía bodega. Ocupé un mejor lugar, una cubeta, y junto a mí se sentó el contrincante de ajedrez de Quéchol. Veíamos cómo a un lado la gente se divertía en un rave, o quema, o algo entre los dos, donde lo que los hacía comunes era la juventud y el alcohol. Quise hablar con el burócrata y defender mi punto de vista hacia Hassler, pero tan pronto fui armando un juicio más coherente, el burócrata le llamó a un amigo y vilmente me dejó hablando solo. Me sentí más frustrado, aunque ahora sabía que tenía un juicio irrebatible en contra de Quéhcol, aunque seguramente quizá nunca nadie lo escuchara.

Después seguí soñando esto, aunque ya lo considero como otro sueño...

Cadena de sinapsis
Me acerqué al "mosh pit" a servirme un vaso de algo. Un conocido de antaño me gritó: "no mames, hay que fumar! No están nuestros papás". Yo busqué entre mi bolsillo y encontré el cigarro light que había robado a mi mamá. No quise preguntarme cómo no se había estropeado allí, y lo puse en mi boca. Pronto se acercaron dos chavos mamones juniors-like a ofrecerme fuego y a decirme que ahí tenían lo que me hacía falta para ayudarlos. No tenía idea a qué se referían, ni siquiera los conocía. Sólo sabía que era del tipo de gente que me caga los huevos. Sacaron un artefacto extraño, entre teléfono móvil, juego de video portátil y reproductor de mp3. Nunca había visto uno igual, sólo vi que en su pantalla venía una imagen que se movía y palabras. "Órale, cámbiasela", me dijo Giancarlo, el único que conocía de vista. "No sé cómo". "No seas pendejo, mira" Sacó el suyo de su bolsa y me fue diciendo lo que tenía que hacer. Estaba entre 4 ó 6 juniors y todos me presionaban. Sólo quería terminar de "ayudarlos" e irme a donde estaban mis amigos. Cuando estaba a punto de apretar por primera vez el botón, se acercó una chica un tanto histérica. Nos separaba un auto a ella y a nosotros. Se abalanzó encima del cofre y me dijo "Hey, presiona la alarma de ése, por favor. Dónde lo compraron?" Yo hice lo que me dijo sin saber cómo, sólo apreté un botón que venía atrás, y sonó una canción con una voz personal. Al mismo tiempo los juniors se ponían nerviosos y enojados conmigo. Ahora me daba cuenta, ellos habían robado ese aparato y me querían a mí para cambiarle la configuración. Yo no era partidiario de eso y rápido le di el celular-game-mp3 a la chica. Lo único que vi al voltear fue que todos ellos venían contra mí. No me importaba, inclusive quería partirme la madre con ellos. Los vi acercarse en cámara lenta y a Giancarlo, que venía hasta adelante, lo prendí con un chingadazo en la cabeza, pero no fue suficiente pues pronto todos ellos comenzaron a jalarme y a surtirme de golpes. Yo me rifaba dando golpes a diestra y siniestra, incluso le pegué a alguien que me había ido a ayudar. Ahí fue cuando vi que varios de mis amigos se habían metido. Cuando pude sacar la cabeza de la turba le chiflé a Paco, ya que él tenía fama de madreador. Vi cómo se acercaba, sin preocuparse, lentamente, pero con una postura de seguridad. Entonces fue que confié en que ya todo estaba decidido y lo único que hice fue regresar a partirles su madre a todos los pendejos esos. Estaba buscando entre las bolitas a Giancarlo. Quería patearlo. Pateé a alguien, pero parecía que no era él. Luego pateé a otro sólo por tener la camisa del América puesta. Pero después de la patada vi cómo Palafox me decía "Leve, leve. Éste wey se está ahogando" Entonces vi que el americanista estaba enconchado y vomitando sangre. Lo dejamos ahí, que se recuperara y nos fuimos. Se arregló el problema, y todos salimos.
Cuando íbamos saliendo del lugar ya era de noche. Luis y yo íbamos campantes para adelantarnos, pero vi a cuatro cabrones enfrente muy sospechosos. Entonces le dije a Luis que mejor esperáramos a todos pues seguramente nos estaban esperando afuera. Pasó junto a mí una amiga que no vi quién era y me dio un beso en la mejilla al despedirse. Después oí que me gritaban, volteé y era Viry y dos de sus nuevas compañeras de trabajo que me esperaban enfrente. Fui pronto a verlas. Las saludé a las 3 y les dije que nos habíamos peleado. Me preguntaron que por qué, y comencé a relatarles la anécdota. Les dije "Pues estaba sentado y se me acercaron unos güeyes a pedirme que les cambiara la configuración a una madre que es entre celular, juego de video y mp3 player. Bueno, es que ya saben que en los sueños inventamos cosas medio raras". Ahí fue cuando me di cuenta que todo había sido un sueño. Quise seguir mi relato, un tanto nervioso dije "Eh, creo que ya se dieron cuenta que fue un sueño". Entonces una de ellas dijo "Sí, pero no importa, sigue".
Entonces todo había sido un sueño. No. Todo seguía siendo un sueño. Al estar con ellas ahí, era un sueño. Sabía que estaba soñando y que lo que había pasado antes lo había soñado. Que contaba un sueño dentro de mi sueño. Luego me pregunté cómo el cerebro es tan astuto para hacer unas sinapsis donde una parte de tu sueño se sepa soñada, y aún así se siga estando soñando. Así comenzó la cadena sinfín de sinapsis para darme cuenta de cómo me puedo saber dormido, pero no despertar del sueño.
NOTA: Cabe mencionar que sólo una sinapsis no ocurrió a la perfección en mi sueño, y fue precisamente la de autonombrarse ya que en el sueño yo les decía "sinepsis" o "sinopsis". No cabe duda que las sinapsis no se autorreconocen o son tan chingonas que se hacen pasar por espías para no saber cómo operan hasta cuando uno menos lo espera.

10 comentarios:

Pac Morshoil dijo...

Ni una arena soñada puede matarme, ni hay sueños que estén dentro de sueños...

Armandís de Mina dijo...

Así me pasó una vez, pero en mi sueño me despertaba (dentro del ídem) y relataba mi sueño, como las famosas cajas chinas, por no decir niveles narrativos. Hassler es en mi opinión, un chingón, como apuntas, a pesar que sólo he platicado pocas veces con él. Gondry, otro maestro, la película, muy buena, con todo y Gael.
¡Malditas sinápsis!

Pac Morshoil dijo...

Oye, wey; ¿me contaste ese sueño el día que lo tuviste, hace ya varios años?

...

Me parece que sí, pero no estoy seguro.

Anónimo dijo...

dos dudas: ¿no son las sinapsis las uniones entre neuronas?, ¿llevan acento aunque sean palabra grave terminada en "s"?

ah, y que chingue su madre el puto de gael garcía.

Don Polo dijo...

1. En efecto, no tienen por qué llevar acento. ¡Horror! Y una disculpa, don Cheto, será corregido en seguida.
2. Me rehuso a dar una explicación de lo que es una sinapsis porque el fin del post era principalmente para compartir un sueño y porque me da hueva, aunque entiendo dicha unión de neuronas como el fenómeno que provoca que una idea se concrete, es decir, ocupo el término en un sentido amplio, sin afán en meterme en disertaciones científicas o neurológicas. Si mi osadía es aberrante, podrías explicarme entonces ¿para qué sirven las sinapsis?

Don Polo dijo...

Paco, la neta no me acuerdo si te lo conté, aunque si lo hice no pudo ser el mismo día ya que esto ocurrió un fin de semana.
¿Por qué? ¿Tuviste un deja vu? Creeeeepy...

Anónimo dijo...

sobre las sinapsis: yo tampoco me quise meter en rollos, es tan sólo que recordaba eso, que son las uniones, pero parece ser algo como un caló entre vosotros, todos manejan "sinapsis" sin el menor empacho, así que pensé que me había perdido algo.

ah, y quizás le contaste a paco el sueño después de despertarlo de un codazo.

van a borrar mi mensaje por aburrido, it's ok for me

Don Polo dijo...

Desde tu "nick" dijiste todo, así que ¿qué te puedo decir? jojojo

Anónimo dijo...

parecen verduleras...

Armandís de Mina dijo...

Ja ja ja, ¿por qué no todos los post tienen respuestas así?

"ah, y quizás le contaste a paco el sueño después de despertarlo de un codazo".

Ja ja ja

"ah, y que chingue su madre el puto de gael garcía."

Ja ja ja ja