El futbol americano es un culto en Estados Unidos. Cada domingo familias enteras se pasan horas pegadas al televisor únicamente viendo partidos de este deporte. Algo curioso es que en fechas tan tradicionales aquí como el Thanks Giving Day, lo único que hace la gente además de comer, es... Sí, ver futbol americano.
Mi experiencia
El equipo del estado de Wisconsin es Green Bay Packers, como ya sabrán algunos. Los "Empacadores" es un equipo muy importante y con mucha historia en los Estados Unidos. Alguien me dijo el otro día que lo peculiar de este equipo es que no tiene un solo dueño, como la mayoría, sino que es el propio pueblo el dueño del equipo, es decir, hay como una cooperativa o algo así que "paga" por mantener al equipo y ser su dueño, por ello es que la gente en Wisconsin le tiene tanto aprecio. Al pensar en esto me puse a pensar que en Veracruz hacemos lo mismo con los Tiburones Rojos, pagamos con nuestros impuestos el sueldo de los pinches jugadores que no pudieron ni siquiera mantenerse en la primera división.
Hay gente que es de Wisconsin y no ha podido ir a un partido en toda su vida, porque dicen que es dificilísimo conseguir boletos. Quién sabe, quizá no han intentado mucho. Pero eso dicen. Personalmente no soy un gran aficionado de este deporte. Si alguna vez vi algunos juegos fue porque no tenía otra cosa qué hacer, porque eran playoffs, o porque estaba con el Palafox, quien me inculcó un ligero fanatismo por los Steelers. Pero estando en este país, mi interés comenzó a crecer, tomándolo como un simple estudio etnográfico.
Una amiga consiguió 4 boletos para el juego del domingo pasado contra Carolina Panthers. 75 dólares era el precio, 16 dólares más caros que el precio original (su tío debía obtener una ganancia por ellos). Alejandro estaba invitado pues también conoce a Kristi, la amiga que los consiguió, así que me insistió para que fuera con ellos. Sonaba bien pero me dolía el codo pagar tanto. Sin embargo era una oportunidad que no se presentaría con tanta facilidad, así que acepté. Ese fin de semana yo andaba en Milwaukee, y ella se ofreció a ir por nosotros hasta allí para regresar a su casa, que está en un pueblito cerca de Green Bay.
Llegó a las 7am por nosotros. Medio dormidos y bien abrigados, nos subimos a su coche y viajamos por casi dos horas, creo, yo me dormí un ratito en el asiento trasero. En su casa nos esperaba Cara, su amiga que también nos acompañaría. Primer paso: agarrar cuanto souvenir u objeto representativo de los Packers tuviéramos a la mano. Kristi nos dio un jersey y demás parafernalia con la que cargamos. Luego los cuatro nos dirigimos a Green Bay. En la carretera pudimos darnos cuenta que 9 de cada 10 coches tenían el mismo destino que nosotros. Todos te ven detrás de su ventanilla y te sonríen en señal de complicidad. También los reconoces porque llevan ropa de color verde con amarillo.
Tailgate
Al llegar cerca del estadio, después de unos minutos enmedio del tránsito, comencé a darme cuenta que no estaba tan lejos de las costumbres de mi país. La gente acá también renta los espacios en sus garages para que la gente se estacione. Vi precios que oscilaban entre los 10 y 20 dólares. Nosotros pagamos 20, pero era en una gasolinera. Teníamos cerca baño, tienda y un lugar cercano al estadio.
Coches estacionados uno tras otro y gente en la parte trasera, con la cajuela abierta y un asador en el piso, asando "chorizos" (brats) y carne para hamburguesas, y con una cerveza en mano, a una temperatura de 2 grados celsius bajo cero, aproximadamente. Eso es el famoso "tailgating" y lo hace la mayoría de las personas que va a un partido de futbol americano. Creo que también se aplica para otros deportes. Nosotros nos bajamos, llevábamos chorizos, pan y los aderezos necesarios. Fuimos por unas cervezas y comenzamos a asar la carne. Kristi llevó 2 tubos de pintura de color amarillo y verde, así que decidimos pintarnos la cara. Sólo porque sé que es algo que no creo volver a hacer en mi vida. También llevamos unas pancartas que decían, divididas en 4 cartulinas, "We came here", "all the way from", "Mexico" y "Legally..." Fueron la sensación, hubo gente que incluso nos tomó fotos.
Kickoff
A las 12 era el partido, y desde las 11:30 nos dirigimos al estadio. Lambeau Field es su nombre y nos tardamos como 20 minutos para poder entrar. Nuestros asientos estaban en casa de la chingada, o como dicen aquí, teníamos "nose bleed seats", debido a la altura en la que se encuentran ubicados. Pero no importaba, quería sentir y ver toda el ambiente de un juego.
En pocas palabras fue una experiencia muy emocionante por diferentes motivos: por sentir la energía de tanta gente gritando al mismo tiempo, por ver cómo el equipo local se levantaba después de ir perdiendo (aunque al final perdieran), y por sentir cómo nevaba en el último cuarto, del mismo modo en que alguna vez vi algún partido de los "Empacadores" en la tele y pensé "qué hueva jugar bajo la nieve". Ahí estaba yo, bajo la nieve y bajo mucha ropa y algo de pintura verde y amarilla, viendo cómo el cielo se ponía cada vez más gris hasta que empecé a sentir cómo comenzaban a caer los primeros copitos de nieve. Al final, un poco decepcionados por la derrota, todos los aficionados, muy en orden, fuimos abandonando el estadio en busca de nuestro auto para salir de ahí.
Con prisa y enmedio de un tránsito peor que el de la mañana, nos dirigimos a la estación de autobús para dejar a Alex a tiempo para que pudiera regresar a Milwaukee. Nosotros no regresaríamos a La Crosse hasta la siguiente mañana, porque una tormenta de nieve nos impediría viajar esa noche.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Retomando...
No he escrito desde hace más de tres meses. Por huevón, básicamente. Al grano; trataré, desde hoy, de escribir sobre algo que me haya hecho reflexionar desde que vivo en La Crosse, principalmente diferencias-semejanzas culturales. Aquí voy. Esta vez intentaré ser más breve; no necesitan agradecerlo.
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